miércoles, mayo 03, 2006

Aprendiz de mucho, maestro de nà.

Quizás la curiosidad fue la que me empujo siempre a ser un "culo inquieto", nada ha satisfecho el ansia de novedad, en las historias, en las sensaciones, en los recuerdos. Indagar en algo hasta exprimirlo siempre me dejo un sabor de boca amargo; quizás porque una vez perdido el enigma, descifrado el argumento de la película, esta deja de tener emoción.
Cuando se vislumbra el final, este carece de interés, y más aun si no reporta un beneficio claro. Y aunque muchas veces el camino en sí mismo es la mayor recompensa, el paraje al que este nos conduce no tiene por que ser digno de mención.
Los especialistas, merecen mi más ferviente reconocimiento, la capacidad necesaria para conseguir ser experto en cualquiera de las artes y ciencias que pueblan el orbe, es digna de descubrirse la testa, mas no satisface el hambre que hace ronronear mis entrañas.
Me dejo seducir con facilidad por los diversos colores que se desvelan ante mi iris, intentando retener siempre algo de todo aquello que me acompaña en el viaje.
Y cambio el prisma, buscando siempre varias vistas del mismo cuadro, pues estos son bellos en su conjunto, pero también en sus delicadas pinceladas se esconde el genio del artista, visible solo acercándose hasta tener el lienzo a escasa distancia de la punta de la nariz.
Muchas veces me perdí la luna por mirar el dedo que apuntaba. Por eso tendrán que permitirme el deseo de ser siempre el pequeño saltamontes, en busca de maestros que compartan su saber.
Y perdonen si me distraigo. ¡Pero son tan graciosas las musarañas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

vivir así es un privilegio, sácale jugo y si te pierdes algo, invéntalo!
saluditos, un placer