sábado, mayo 06, 2006

Inteligencia emocional Vs Cociente intelectual

Este si que es el combate del siglo, dos titanes frente a frente que prometen dar una velada cargada de espectáculo. ¿Cuál será más efectivo?¿Cuál doblegara a su oponente antes de que la campana marque el final del asalto?

Goleman sin duda alguna apostaría al calzón rojo, a la pasión, a las sensaciones que despiertan en nosotros un abanico de emociones casi imposible de catalogar. Mientras que Gauss, se decantaría por el calzón azul, por la lógica, la razón y el control matemático de la técnica.

Mi balanza en este caso se inclina hacia el rojo. Ciertamente debemos cultivar nuestro lado intelectual, el saber no ocupa lugar, y es increíble la cantidad de situaciones en las que podemos poner en practica toda esa teoría que tan absurda nos parecía en nuestra adolescencia. Y es magnifica la sensación que el conocimiento trae consigo, el poder que otorga a veces, sobre todo hoy día en la era de la comunicación, el tener la información adecuada, te hace sumar muchos puntos.

Pero hasta el más sabio sucumbe al certero derechazo que estampa en mitad del rostro la locura de los celos. Las emociones brotan sin previo aviso en la mayoría de los casos, sorprendiéndonos con la guardia baja cuando menos lo esperamos; mandando a la lona al más docto de los púgiles.
Por eso es preciso no olvidar el situarnos frente al espejo para entrenar el engranaje emocional, que muchas veces dejamos olvidado por completo como la vieja bici que nunca engrasamos. Afrontar con buen humor los doce asaltos, disfrutando de las doce onzas que pesan tus guantes, pesados a veces como si estuviesen confeccionados en plomo.

El corazón no solo necesita de ejercicios aeróbicos para fortalecerse, la fibra auricular se estremece acelerándose por un simple gesto de agradecimiento o redención. La dieta vesicular debería surtirse no solo de zumo concentrado de culebron y prozac. A veces, la victoria la otorga, la capacidad para arriesgar en el momento adecuado, dadiva de quienes saben que con el tiempo todo cicatriza con el cuidado oportuno.

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