domingo, mayo 07, 2006

¡Gracias, maestro!

Serán las negras lagrimas,
las que brotan de su pluma,
tatuando en mi anima
de la plebe la fortuna,
las que acerquen a Sabina
en su lucida locura,
al lugar donde se estima
el valor de mi cordura,
al lugar donde la espina
lagrimas negras supura,
gracias por la ternura,
que no paga las facturas
pero si que el alma afina,
gracias, por ser, Sabina.

sábado, mayo 06, 2006

Inteligencia emocional Vs Cociente intelectual

Este si que es el combate del siglo, dos titanes frente a frente que prometen dar una velada cargada de espectáculo. ¿Cuál será más efectivo?¿Cuál doblegara a su oponente antes de que la campana marque el final del asalto?

Goleman sin duda alguna apostaría al calzón rojo, a la pasión, a las sensaciones que despiertan en nosotros un abanico de emociones casi imposible de catalogar. Mientras que Gauss, se decantaría por el calzón azul, por la lógica, la razón y el control matemático de la técnica.

Mi balanza en este caso se inclina hacia el rojo. Ciertamente debemos cultivar nuestro lado intelectual, el saber no ocupa lugar, y es increíble la cantidad de situaciones en las que podemos poner en practica toda esa teoría que tan absurda nos parecía en nuestra adolescencia. Y es magnifica la sensación que el conocimiento trae consigo, el poder que otorga a veces, sobre todo hoy día en la era de la comunicación, el tener la información adecuada, te hace sumar muchos puntos.

Pero hasta el más sabio sucumbe al certero derechazo que estampa en mitad del rostro la locura de los celos. Las emociones brotan sin previo aviso en la mayoría de los casos, sorprendiéndonos con la guardia baja cuando menos lo esperamos; mandando a la lona al más docto de los púgiles.
Por eso es preciso no olvidar el situarnos frente al espejo para entrenar el engranaje emocional, que muchas veces dejamos olvidado por completo como la vieja bici que nunca engrasamos. Afrontar con buen humor los doce asaltos, disfrutando de las doce onzas que pesan tus guantes, pesados a veces como si estuviesen confeccionados en plomo.

El corazón no solo necesita de ejercicios aeróbicos para fortalecerse, la fibra auricular se estremece acelerándose por un simple gesto de agradecimiento o redención. La dieta vesicular debería surtirse no solo de zumo concentrado de culebron y prozac. A veces, la victoria la otorga, la capacidad para arriesgar en el momento adecuado, dadiva de quienes saben que con el tiempo todo cicatriza con el cuidado oportuno.

miércoles, mayo 03, 2006

Aprendiz de mucho, maestro de nà.

Quizás la curiosidad fue la que me empujo siempre a ser un "culo inquieto", nada ha satisfecho el ansia de novedad, en las historias, en las sensaciones, en los recuerdos. Indagar en algo hasta exprimirlo siempre me dejo un sabor de boca amargo; quizás porque una vez perdido el enigma, descifrado el argumento de la película, esta deja de tener emoción.
Cuando se vislumbra el final, este carece de interés, y más aun si no reporta un beneficio claro. Y aunque muchas veces el camino en sí mismo es la mayor recompensa, el paraje al que este nos conduce no tiene por que ser digno de mención.
Los especialistas, merecen mi más ferviente reconocimiento, la capacidad necesaria para conseguir ser experto en cualquiera de las artes y ciencias que pueblan el orbe, es digna de descubrirse la testa, mas no satisface el hambre que hace ronronear mis entrañas.
Me dejo seducir con facilidad por los diversos colores que se desvelan ante mi iris, intentando retener siempre algo de todo aquello que me acompaña en el viaje.
Y cambio el prisma, buscando siempre varias vistas del mismo cuadro, pues estos son bellos en su conjunto, pero también en sus delicadas pinceladas se esconde el genio del artista, visible solo acercándose hasta tener el lienzo a escasa distancia de la punta de la nariz.
Muchas veces me perdí la luna por mirar el dedo que apuntaba. Por eso tendrán que permitirme el deseo de ser siempre el pequeño saltamontes, en busca de maestros que compartan su saber.
Y perdonen si me distraigo. ¡Pero son tan graciosas las musarañas!