sábado, marzo 24, 2007

La pluma del Fénix

Cuando andas sin respuesta,
perdida la mirada en la nada.
Cuando el mundo se detesta
y caes lento en la hondonada.
Cuando se cierran las puertas,
cortando el portazo tus alas.
¡Clama, clama, clama.!
Siente la llama que inflama
a tu espíritu en protesta,
la fuerza que oculta estalla
y como metralla, perfora tu testa.
Tus murallas tan perfectas
serán arena de playa,
bajo el ímpetu que muestra,
superyo en plena batalla.
La realidad se indigesta,
alguien grita en mi cabeza...
¡Calla, calla, calla!
Pero no hay guerra honesta,
siempre se cruza la raya.
No hay bandidos fendetestas,
en el bosque, telarañas
hacen en la oscuridad apuestas,
a ver cual de ellas te atrapa.
Ya no se miran las gestas,
nadie quiere ser mahatma.
la ruleta rueda tuerca
sin saber que nos depara.
Así que, clama, clama, clama.
Ego sum, puesto que soy ego,
y el vértigo de verlo me cegó,
quede aturdido y ciego,
pero no falto de aliento y valor.
Si perdí el conocimiento, luego
lo recupere con dolor.
En cenizas me convirtió el fuego,
y nacido del mundano clamor
que vino a mi, en forma de pliego,
ave Fénix fui, y renaci con vigor.

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