martes, octubre 10, 2006

Renovarse o morir


Para los seguidores del camino del tao, la única constante clara del universo es el cambio, los contrarios se buscan en una continua espiral donde la existencia de uno es imposible sin la de su opuesto, unidos para siempre sin llegar a tocarse nunca; esa idea es la que plasman en su famosísimo símbolo, el taijitu, donde el Yin y el Yang confluyen unidos en un círculo.

Incluso la ciencia moderna afirma en una de sus más famosas teorías que la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Encerrando de esta forma en una simple fórmula la energía que todo lo material contiene en su interior.

Nosotros mismos somos testigos al mirarnos al espejo del cambio continuo que sufre nuestro propio cuerpo a lo largo de nuestra existencia, desde la más tierna infancia a la madurez de la vejez. A lo largo de nuestra vida, mente y cuerpo evolucionan experimentando las transformaciones pertinentes, unas veces voluntariamente y otras debido al bagaje vital. Cambian los lugares, cambia la sociedad, cambian las ideas, incluso las costumbres terminan por metamorfosearse.

¿Por que entonces esa aversión que mostramos tantas veces ante el cambio? ¿Por que la máxima de mas vale malo conocido que bueno por conocer? El miedo al cambio, a lo desconocido, a lo nuevo, paraliza muchas veces nuestras opciones, arraigándonos a una parcela de seguridad ficticia la mayoría de las ocasiones.

Renovarse o morir es en el mundo empresarial una ley que muchos acatan a rajatabla, experimentando siempre nuevas técnicas de desarrollo, producción, venta, etc. En nuestra vida cotidiana la renovación no es siempre fácil de llevar a cabo, ni fácil de ubicar. Pues muchas veces somos conscientes de que algo falla pero no sabemos que es; lo que si es seguro es que para ganar hay que arriesgar. Y asumir ciertos riesgos es lo que nos conducira hacia el ideal que tenemos de la existencia idonea.

1 comentario:

pepitadelospalotes dijo...

Los cambios siempre son nuevas oportunidades. ¿oportunidades también de fracaso? ¡pero también de éxito! No tengamos miedo al cambio, es una constante en nuestra vida. Afrontemos las nuevas oportunidades con ilusión.

Un saludo renovado!