sábado, junio 24, 2006

La noche de San Juan

Noche mágica la de san Juan donde las haya, la masa acude a cumplir con los ritos milenarios que se han transmitido a pesar del tiempo, las guerras y las censuras. Nos dejamos llevar por la esperanza de los deseos que se cumplen, realizados por una fuerza sobrenatural, que cada uno denomina como más cómodo le hace sentir, pero que todos buscamos instintivamente.

Fiesta sacra, fiesta pagana, lo importante es que la gente se une en la celebración, en los cantos, en los saltos, en los brindis, y en el momento en que las agujas del reloj marcan la hora de las brujas, todos damos ese paso que nos adentra en el fresco mar, miles de personas proyectan sus anhelos al oscuro horizonte que el mar nocturno se empeña en dibujar sobre el cielo de la noche estrellada, en el mismo instante, al unísono.

En un momento que jodorowski denominaría como ejercicio de psicomagia colectivo, y donde el espeto de sardina adquiere el papel de un místico bálsamo placebo que sigue generando buen rollo mientras las brasas sigan dorando el plateado cuerpo del fruto del mar; La gente se arremolina alrededor de los darbukas, los djembes, las cabasas y los timbales de las batukadas espontáneas que surgen a lo largo de la playa, y danzan llevados por ritmos tribales con una música casi tan antigua como el mismo hombre.

He de hacer especial mención además, a la magia que aportó anoche Concha Buika, en el concierto que dio en la playa de Casares, todo el espectáculo, que se nos hizo corto y nos dejo con ganas de mucho mas, fue vibrante. Pero hubo un momento en que la gran maestra Concha, hizo valer su ébano de artista, cuando en mitad de la canción “mi niña Lola” la electricidad nos abandonó enmudeciendo a ella y su grupo y arrancando una sentida exclamación general de pena; Ella, ni corta ni perezosa tras el primer chasco y alentada por el publico al grito de “Guapa! Guapa!”, se situó en el filo del escenario dispuesta a lanzar su capella y rompiendo el silencio que se creo, con su voz quebrada, cálida y poderosa, terminó la faena como los grandes maestros, porque arrancó lagrimas con su actuación, y la ovación fue unánime. Aún al recordarlo se me ponen los pelos de punta.

Hasta otra y que la magia os acompañe.

1 comentario:

pepitadelospalotes dijo...

Cuántas lágrimas derramadas al son de la Buika. Gracias concha por tantas sensaciones.